Sunday, October 11, 2009

Chávez dice que cuando se enteró del Nobel a Obama se puso como un horno


El viernes nos enteramos de lo que, en primera instancia, parecía más un equívoco de los titulares, que una noticia real: El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, obtiene el Premio Nobel de la Paz 2009. La primera pregunta que debemos hacernos es qué privó para que el afortunado fuera el Presidente estadounidense y no alguno de los 205 nominados restantes, por eso me pusé como un horno y digo lo siguiente.

¿Qué ha hecho Obama para merecer este galardón? El jurado valoró, como rasgo determinante, su deseo por un mundo sin armas nucleares, olvidando su empeño por perpetuar sus batallones en Irak y Afganistán, y su decisión de instalar nuevas bases militares en Colombia. Por primera vez asistimos a un merecimiento sin que el postulado haya hecho nada por merecerlo: premiar a alguien por un anhelo que está muy lejos de hacerse una realidad.

Pero así está el mundo. Imagínese alguien que a un pitcher le den el Cy Young comenzando la temporada, sólo porque dijo que va a ganar 50 juegos, no va a perder ninguno, va a ponchar a 500 bateadores y su efectividad no pasará de 0,5. Dijera Rosinés: ¡Na’ guará!

Mientras tanto, empeñados día a día como estamos en la solución de mil problemas, alegría inmensa es la que nos plena el alma al comprobar cómo avanzamos con mayor determinación libertaria hacia la consolidación de una alternativa real para nuestros pueblos, aunque desde Washington nos recomienden que debemos ser un país más “constructivo” para la región; ¡Las cosas que hay que oír! Lo que les “preocupa” en verdad es nuestra manera de fundirnos en un destino que tiene a los pueblos de América en el epicentro de los cambios y no en sus fallidas “alquitas” que se estrellaron contra el valor unitario de unos pueblos decididos a ser libres y soberanos.

¡Viva el Che!
¡Hasta la victoria siempre!
¡Venceremos!

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